Cuando él comenzó a publicar “Vallarta Opina”, yo tenía a mi cargo la comunicación social del Ayuntamiento, así que de alguna manera me tocó darle la bienvenida. Hoy me complace constatar que la aventura se consolidó en un periodismo que no perdió el paso ante la expansión poblacional y económica en la conurbada Bahía de Banderas y ante los avances tecnológicos, sino que abarca nuestro puerto y el vecino estado de Nayarit, al servicio no sólo de los habitantes, sino también de los turistas.
Volviendo al principio de mi relación con don Luis, una vez libre de la responsabilidad pública, “Vallarta Opina” me publicó una columna y algunos artículos mientras lo permitieron las circunstancias.
La tarea de esta noche es reflexionar sobre la evolución de la cultura en Puerto Vallarta. Pero como hay tantas descripciones de cultura cuantas son las distintas escuelas de pensamiento y hasta cuantos autores escriben sobre ella, quisiera proponer una definición de trabajo para esta charla.
Entiendo nuestra cultura local como el cúmulo de realizaciones de todo orden producidas en su crisol geográfico por la sociedad vallartense desde que surgió a la historia, en 1851.
Por otra parte, estamos conmemorando el trigésimo sexto aniversario de “Vallarta Opina”, que en sí mismo es un factor cultural en constante evolución. Ambos aspectos, se unen, pues, en este momento y me permiten empezar a considerarlos por el segundo, el aniversario que celebramos.
Hace poco falleció Mariquita Sandoval, fundadora del primer semanario local, “Aquí Vallarta”. Pedro Cortés Parra y otros periodistas también publicaron semanarios (“El Vigía”, “El Guardián”), hasta que Rafael de la Cruz y Elías Orozco se dieron a la fatigosa tarea de editar el primer diario, aquel tabloide equitativamente bilingüe llamado “Noticias de Puerto Vallarta” en una de sus portadas y “P.V. News” en la otra. Para leer en castellano o en inglés bastaba con girar el tabloide. Este primer diario duró un poco más de ocho meses.
No tenía mucho de extinguido “Noticias de Puerto Vallarta /P.V. News” cuando llegó don Luis con el propósito de establecerse aquí. En las primeras pláticas con él me pareció mi deber advertirle que se embarcaba en una aventura riesgosa. De hecho, los primeros meses de “Vallarta Opina” no fueron fáciles. Pero al final se tramontaron aquellas dificultades y aquí lo tenemos, en pleno vigor, treinta y seis años después, manteniendo su sello original, pero desarrollado y crecido. Muchos periodistas, fotógrafos, comentaristas, funcionarios y un gran número de habitantes y visitantes de Puerto Vallarta han dejado su huella en las páginas de “Vallarta Opina”.
“Vallarta Opina”, atestigua pues, por si mismo, la evolución cultural de Puerto Vallarta en el campo de las comunicaciones, en particular del periodismo.
Por otra parte, cada edición diaria de “Vallarta Opina” es un corte sagital de la variada manera de pensar de los vallartenses o de quienes tienen algo qué ver con Puerto Vallarta. Allí todo cabe, como en el jarrito del refrán, sabiéndolo acomodar. Revisando las ediciones a lo largo de los años, se encuentra uno con artículos doctos, que abordan muy distintos temas, muy bien escritos, de nivel científico sólido o con una información relevante y ajustada a la realidad. La crónica social es igualmente rica en presentarnos a nuestros famosos de un día o de siempre. Gracias a las entrevistas podemos conocer las personas y las realizaciones de quienes inciden en los diversos segmentos o momentos de la vida vallartense. Las páginas deportivas ofrecen, sintetizada, la información suficiente a los aficionados de las distintas disciplinas. La asociación de “Vallarta Opina” con diarios nacionales, en este momento con “La Razón de México”, nos ha permitido acceder a noticias nacionales e internacionales y a comentaristas muy valiosos, sin tener que andar buscando esos periódicos como se hacía antes. Desde luego, las noticias locales nos enteran de lo que pasa aquí y de las interpretaciones que dan a los hechos quienes intervinieron en ellos, o quienes los aprovechan con el propósito de manipular a los demás. Como es obvio para ser incluyentes, no podían faltar de vez en cuando las voces de los charlatanes, acogidas por su público de crédulos, que también constituyen una realidad social; ni la de los pontífices, que hablan ex cathedra en asuntos tan jabonosos como la política, canonizando o satanizando a su gusto, pero que también coinciden con las creencias partidistas de un cierto número de vallartenses. Finalmente, un análisis porcentual del diario deja clara su estructura comercial, indispensable para su continuidad.
“Vallarta Opina” ya es ahora una cantera para los historiadores y lo será más en el futuro. Constituyen su acervo documental más de trece mil ediciones diarias, un monumental archivo de fotografías y la publicación de varios libros ilustrados en que se resumen aspectos de la vida vallartense. Este es otro hito en la evolución cultural de Puerto Vallarta.
Entre paréntesis, sobre lo que “Vallarta Opina” significa en cuanto valor cultural dentro del periodismo, me remito a varias notas escritas en los días anteriores por don Humberto Aguilar y al estupendo artículo que nuestra admirada Georgina Rodríguez publica en la edición de hoy, 29 de mayo de 2014, página 10.