Y antes de 1978
Pero cuando “Vallarta Opina” empezó a reflejar la evolución de la cultura vallartense y a participar en ella, Puerto Vallarta ya tenía su propia cultura.
En efecto, como comenté al principio de esta charla, “entiendo nuestra cultura local como el cúmulo de realizaciones de todo orden producidas en su crisol geográfico por la sociedad vallartense desde que surgió a la historia, en 1851.”
Algunas de esas realizaciones son visibles de inmediato, ya que se concretaron en soportes materiales;
otras se internalizaron, formando la trama de costumbres, de maneras de ser y de vivir;
algunas fueron constitutivas de la identidad, otras agregaron tonalidades secundarias y las demás resultaron intrascendentes;
algunas sobreviven, pero a otras se las comió el tiempo, devorador de todas las cosas (1);
algunas fueron inducidas desde el exterior y hasta impuestas. Otras surgieron como fruto espontáneo de la brega cotidiana de los habitantes;
algunas son las mismas que se hallan en otras colectividades y poblados de Jalisco o de nuestro país, mientras que también las hay autóctonas.
Tales realizaciones están entretejidas e imbricadas entre sí, y en ocasiones sus consecuencias reaparecen a intervalos o se manifiestan en fechas muy posteriores.
Por el espacio disponible tengo que limitarme a amplios brochazos. Apelo a la benevolencia de ustedes ante las omisiones que implica una generalización. Sólo espero que el panorama sugerido no resulte excesivamente mutilado, como si hubiera estado en el lecho de Locusto (2).
Contemplaremos tres momentos: el primero de 1851, cuando se fundó Puerto Vallarta, a 1951, su primer centenario; luego de allí a 1978; y finalmente, desde 1978 hasta la fecha.
Rasgos culturales de 1851 a 1951:
cultura popular mestiza, cuyos criterios, métodos y soluciones provinieron del sedimento formado en Jalisco a lo largo del virreinato y depositado en el subconsciente colectivo, las instituciones y costumbres sociales; en esta cultura popular no se aprecian aportaciones indígenas directas o inmediatas, a diferencia de otras partes de México. Más bien los indígenas se consideraron en el siglo XIX como extraños a ella y ocasionalmente hasta como bandidos o ligados a bandidos;
sociedad muy religiosa; el culto guadalupano formó la columna vertebral de la vida vallartense desde su mismo origen;
sociedad de inmigrantes con oficios calificados de acuerdo con las épocas, quienes transfirieron, mantuvieron y adaptaron las tradiciones traídas de sus lugares de origen. A estos inmigrantes se sumaron europeos desde el siglo XIX, llegados específicamente de Alemania, España, Italia y Francia;
sociedad primordialmente agraria y mercantil. Puerto Vallarta se fundó como emporio para proveer de sal a las minas del Cuale, se volvió luego distribuidor de aperos y semillas, así como recolector de cosechas, las cuales desalojaba por mar junto con otros productos agrícolas y algunos marinos, mientras importaba manufacturas e insumos;
sociedad relativamente aislada del resto del país debido a la ausencia de carreteras que perforaran la formidable barrera de la sierra y resistieran la inundación de los planos costeros en la temporada de lluvias. Las comunicaciones posibles entonces eran las marítimas y telegráficas, a las que se sumó el avión a partir de los años 30 del siglo XX;
sociedad anacrónica en lo que se refiere a su planeación urbana y a su estilo arquitectónico;
sociedad sin acceso a instituciones de enseñanza, las que fueron apareciendo tardíamente;
sociedad alegre, aficionada a los paseos a la playa, las fiestas, la charrería, la música, el teatro, los apodos, las bromas;
sociedad cuyos habitantes tenían alta estima de sí mismos, pero que eran poco tomados en cuenta por las autoridades estatales y federales;
sociedad que paulatinamente se fué volviendo autónoma, hasta que sus instituciones de gobierno alcanzaron el grado más alto asequible a su condición: puerto de altura, municipio en 1918, parroquia en 1921.
La expresión física más visible de estos rasgos es lo que nos queda del poblado, con su planta virreinal serrana, sus casas de clima frío en las que predominan materiales de la región y particularmente el templo de Guadalupe, síntesis de los valores de este período. Por lo que se refiere a las costumbres, quedaron instituidas las peregrinaciones guadalupanas y la charrería. En los hábitos sociales, la tolerancia, la ausencia de xenofobia, las cortas distancias sociales, la sencillez, la adaptabilidad a los cambios, la solidaridad; pero también la desunión y, a veces, el servilismo.
En este período hubo dos acontecimientos que contribuyeron a modificar la cultura local: uno, de orden físico, el ciclón del 24 de octubre de 1925, que creó la isla del río Cuale, originó la necesidad del Malecón y cambió el embarcadero, de la playa contigua a la Plaza de Armas a la desembocadura del arroyo de Los Coamecates; el otro, político-social: la reforma agraria, que fracturó a la sociedad vallartense de la época, cambió de repente la plataforma económica al acabar con las haciendas y con la bananera Montgomery de Ixtapa, ocasionando décadas después el cuchitrilismo (3). A distancia, la mentalidad creada por la manera paternalista y clientelar en que se aplicó la reforma agraria contribuiría a potenciar el desorden urbano y, al final, el empobrecimiento de muchos descendientes de los agraristas, quienes agotaron su patrimonio al vender las tierras que habían heredado o fueron obligados a hacerlo.
Acontecimientos entre 1951 a 1978:
La Comisión de la Costa estudió las potencialidades de Puerto Vallarta y de su región y estableció los lineamientos para desarrollarlas.
Se construyeron el puerto, los sucesivos aeropuertos hasta llegar al internacional y las carreteras a Compostela, Barra de Navidad y Punta de Mita, así como la brecha a San Sebastián del Oeste y Mascota. Se instaló el alumbrado eléctrico permanente.
Se filmó “La Noche de la Iguana”, que dio relevancia internacional a Puerto Vallarta.
Los Presidentes Gustavo Díaz Ordaz y Richard Nixon arreglaron en Puerto Vallarta el diferendo de El Chamizal y del Paso de Ojinaga, encuentro que confirmó internacionalmente el atractivo de Puerto Vallarta.
Vuelos aéreos regulares conectaron a Puerto Vallarta con otros destinos de México, Norteamérica y Europa.
Se construyó el primer puente de mampostería sobre el río Cuale.
Se crearon los sindicatos, empezando por el de estibadores.
Se establecieron líneas de autobuses urbanos y foráneos, así como el servicio de taxis.
Empezaron a funcionar el Centro de Salud y la Cruz Roja.
Puerto Vallarta fué elevado a la categoría de ciudad (1968)
Se crearon los clubes Rotario, de Leones, Skall, la Cámara de Comercio, la CANIRAC, la Asociación de Hoteles y Moteles, los comités de Ciudades Hermanas.
Puerto Vallarta se convirtió en ciudad hermana de Santa Bárbara, Encino, Palm Springs y Saint Tropez.
Se creó el Fideicomiso Puerto Vallarta, y de inmediato se enfrentó con los intereses de los especuladores urbanos, quienes recurren a marchas y protestas públicas.
Los magnates tradicionales perdieron el control del Ayuntamiento y de la Diputación local, que pasaron a las manos de inmigrantes recientes. En el caso del Ayuntamiento, se produjo como reacción un amotinamiento bajo la sombrilla de la Coalición “López Portillo” y se sitió la ciudad de manera sistemática a lo largo de varios días a fin de paralizarla, obligando a la intervención del ejército.
Empezó a funcionar el servicio de bomberos con un carro /tanque obsequiado por Santa Bárbara y la generosidad de voluntarios.
Rasgos culturales entre 1951 y 1978:
Se adoptó el timbre (escudo) oficial de Puerto Vallarta.
Establecimiento y expansión de la enseñanza secundaria oficial y privada.
Establecimiento de la enseñanza preparatoria oficial.
Se formó la colonia de residentes extranjeros, principalmente estadunidenses. La mayoría residen en la periferia montuosa y ribereña de Puerto Vallarta: Gringo Goulch, Amapas, Punta Negra.
Puerto Vallarta se convierte en una frontera cultural de México.
Emigración de muy alto nivel intelectual y profesional.
Freddy Romero crea el “estilo Vallarta”.
Con “Radio Paraíso” aparecen las transmisiones radiofónicas.
Se construye la unidad deportiva.
Puerto Vallarta tiene un equipo de beisbol profesional, que forma parte de la Liga del Noroeste.
Se filman varias películas.
Se abren galerías de arte.
Se celebra el Festival Internacional de Música, que no pudo llegar a ser permanente.
Se crea el Certamen Internacional de Pesca y la regata Marina del Rey - Puerto Vallarta.
Nace el periodismo local con el semanario “Aquí Vallarta”.
Se funda la primera biblioteca municipal “Ciudades Hermanas” con el apoyo de las Ciudades Hermanas de Santa Bárbara y Palm Springs.
El Ayuntamiento solicita a la Universidad de Guadalajara que traslade a Puerto Vallarta la carrera de Turismo.
Los Regidores del Ayuntamiento empiezan a percibir sueldos (1977).
Cyrus Vance, Secretario de Estado de los Estados Unidos, vacaciona en Puerto Vallarta.
Notas:
Tempus edax rerum, de la canción universitaria medieval del siglo XIII Lauriger Horatius. De autor anónimo, probablemente goliardo, se le puede encontrar en Sydney W. Morris, Carmina Latina, Centaur Books, Slough, England.
El tirano Locusto se hizo célebre por su manía de pretender que fueran exactamente del mismo tamaño todos los que atravesaran un puente de su propiedad. Para lograrlo, mandó hacer un potro de hierro en el que obligaba a acostarse a sus víctimas. Amputaba los pies a quienes eran más largos y descoyuntaba a los chaparros hasta que dieran la medida.
El cuchitrilismo consiste en la fragmentación sucesiva de una propiedad original, hasta que termina siendo un conjunto de cuchitriles. Como ejemplo de este fenómeno podemos citar lo sucedido en la colonia Emiliano Zapata. A cada ejidatario se le dio la cuarta parte de una manzana para que allí viviera. A la muerte del ejidatario sus hijos se dividieron el terreno. Luego, el hijo dividió su parte entre sus respectivos hijos, quienes, a su vez, hicieron lo mismo. Y así se llegó al cuchitril.